domingo, 28 de diciembre de 2014

ENEATIPO 3

Las relaciones afectivas y amistosas del E3 están amenazadas desde la misma base. Sustituir el amor por el gustar, aunque potencie el esfuerzo, impide la entrega. Sujetarse a las expectativas del otro implica la pérdida de sí porque se desconocen los propios sentimientos. No hay compromiso personal. La pareja no es alguien a quien amar y a la vez una fuente de amor, sino alguien a quien mostrar. No hay amor sino gusto y exhibición para alimentar la propia vanidad. Se trata de un Matrimonio de conveniencia, tal indica el título de Weir (1990). Pesan más las ventajas mutuas que los sentimientos personales. El abandono amoroso cede su protagonismo al cálculo y a la eficacia.
- Quiero un compañero que sea socialmnte aceptable, presentable.
- Ahí radica mi falsa entrega, porque yo no doy lo que tengo, sino lo que creo que el otro quiere.
- Otro aspecto es que, sobre todo en la relación de pareja, bajo la máscara de la buena chica (que hace o es como el otro desea), en el fondo no hago más que amarme a mí misma y a la imagen de buena chica con la que me identifico.
- En el ámbito de las relaciones afectivas, quiero ser como el otro me quiere para resultar amable y deseable.
- Esto hace que corra el peligro de encontrarme en una paradoja dolorosa; "si soy como el otro quiere, corro el peligro de alienarme, por tanto pudiera suceder que para no perder al otro, me pierda a mi mismo".
Las relaciones de pareja se resuelven en un juego de apariencias en el que la acción ocupa el vacío que produce la ausencia de sentimientos auténticos. No se ama, se hace el amor. No puede haber entrega de sí, porque se ha perdido la identidad en aras de la imagen. Predominan los aspectos formales y correctos. La representación teatral no elimina la frialdad. Hasta el orgasmo puede convertirse en fingimiento. Siempre las emociones adecuadas prevalecen sobre las auténticas.




Su exagerada preocupación por la imagen la lleva a depender anímicamente de un espejo para saber quien es, este espejo donde se observa y se evalúa a sí misma son los demás, así su foco de interés no es su propia experiencia sino lo que pueden pensar o sentir los otros respecto a ella. No existen méritos si no son observables, cada acción está encaminada a representar un papel, el más adecuado en cada ocasión. Sueña con ser el centro de admiración, que su público la aplauda por haber demostrado de lo que es capaz y lo que ha sabido conseguir, y no escatimará esfuerzos por llegar a ser aquello que más admira, pero necesita a los demás para afirmar su identidad, sin esa aprobación siente que no es nada, por ello tiene miedo a la soledad, cuando está sola no sabe quién es, rápidamente buscará una tarea que realizar, se arreglará ella, ordenará la casa o limpiará el coche, siempre algo que se ve, así, ocupándose de su fachada, consigue ignorar un yo interior que se siente ignorado y reclama atención, pero necesita estar sola de vez en cuando para descansar, abandonar su máscara y esa ansiedad inconsciente que le provoca el miedo a ser descubierta y el tener que mantener a raya sus sentimientos cuando no son adecuados o pueden mostrar debilidad. En el fondo es una esclava de la sociedad, una sociedad que dicta los papeles deseables, y ella los representa como si fuera una buena actriz que busca un buen papel para su éxito, pero tras cada actor hay un individuo que vive en el anonimato, como si a nadie le importase, que se siente como un niño al que nadie tiene en cuenta sino se comporta como un adulto....




E III. El Vanidoso no se siente bien porque las cosas le vayan bien, es necesario que los demás vean que las cosas le van bien, aunque no sea así en realidad. El éxito reside en su imagen, no en su vida, esto es así porque el sólo se observa por fuera, no tiene tiempo de analizar su interior, está demasiado ocupado en perfeccionar su apariencia y sobre todo en comprobar la impresión que causa en los demás. Del mismo modo busca la superficialidad de las personas, le interesa aquello que pueda aportar un incremento en el valor de su propia imagen, los valores internos sólo le importan sí estos son reconocidos socialmente en su entorno, en cuyo caso es capaz de hacer una pirueta curiosa, los incorpora en su imagen externa sin que lleguen apenas a traspasa su piel, podrá incluso ayudar a alguien con estos conocimientos sin siquiera saber en realidad de que está hablando,


III. El Vanidoso es infeliz porque no puede brillar siendo él mismo, ha de hacerlo representando a alguien creado a partir de valores externos, se trata de cómo tengo que ser para que los demás me valoren y de este modo se acabará olvidando de quien es él en realidad. Ello tambien provoca que suela parecer una persona superficial, dado que sus personajes carecen de profundidad, pero en realidad alberga un ser profundo, un ser bondadoso, pero que se siente triste porque no se puede mostrar.





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